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Rufino “El zapatero”

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Personajes - AF2

Rufino de Arriba Cereijo Rufino - af2 v

Rufino

Rufino de Arriba Cereijo es un SEÑOR, sí, con mayúsculas, nacido en Guimil allá por el año 1934 que, tras sufrir mucho en su pubertad (más adelante hablaremos de esto), se vino para Toral en 1960 a aprender el oficio de zapatero, quedándose aquí hasta el año 1982.

Con 14 años, un “tumor blanco” en la cadera hizo que estuviera casi totalmente escayolado, menos los brazos, una pierna y la cabeza. Así pasó dos periodos, sumando entre ambos dos años. Como resultado de todos estos graves y sufridos problemas, una de sus piernas se desarrolló 15cms más que la otra, siendo este problema el que le llevó a ser zapatero.

Rufino llegó a Toral dispuesto a aprender el oficio de zapatero a la casa de Brindis, donde tenía el taller Cándido (Vacilón). Después fue a aprender y a trabajar en el taller y comercio que tenia Núñez en la carretera: “Sacoume bien o cobre. Ordeñoume”, me comenta. “En 1964, Núñez dejó la zapatería para montar un bar, Las Rejas; me cedió las herramientas y me ayudó para que los de Carral me alquilaran el bajo, donde tenía de compañero el taller de Piva (Manuel Franco). Con el paso del tiempo no era dinero la renta, pero al principio era mucho, mucho dinero, 300 pesetas al mes. Cuando la cosa iba mejor, aparecieron los autónomos y ya se jodió -señala-, había que trabajar más, 9000 pesetas al mes costaba mucho juntarlas. También era jodido venir de Villamartín a Toral todos los días, venía por La Loquia, por el Prao Mayor, por la vía y salía a donde la casa de Chimbirin, que en inverno estaba cheo de agua. Pero lo malo aún faltaba por venir, había que volver pa casa”.

A lo que más se dedicaba era a arreglos, “porque para hacer nuevo, temblabas a veces pa cobrarlo. No era lo mismo que no te pagaran un arreglo que no te pagaran un nuevo, ¡¡había muchos pufos!!”. La mejor época fueron los primeros años de la década de los 70.

“Recórdome que a primera bota especial que tuve me la hizo Pepe Empanada. Cándido, pa quien traballaba de aquela, non sabia. A pouco la modifiqué, haciéndole un puente para poder andar en la bicicleta. A Pepe, a de Carral lo quería para sua filla, y también lo quería a criada de Vila”.

“A mí me gustaban muito as mulleres. Me decía Félix el electricista: Non collas cabras coxas, porque después ya tratarán elas de coxear”. A pesar de los consejos de Félix, se casó con una coja en el año 1970, María Manuela o Maruxiña como él la llama.

“Lo pasé muy bien en Toral”.

AF2

severino - rufino—–

Comentario de Senra:

El oficio de zapatero en aquellos tiempos era primordial dentro del pueblo de Toral.
Eran tiempos de escasez de recursos, los zapatos y botas debían durar años y cuando por el desgaste natural había alguna parte que fallara, se llevaban donde Rufino o Pepe, para que repararan la parte dañada, eran tiempos aquellos donde las gentes “ahorraban y aprovechaban mucho el calzado “.
Asiduo de las tertulias algunos “ pedazos de tiempo “ pasé sentado en el taller de zapatería de Rufino hablando con él y algún que otro contertulio más, viendo como reparaba todo tipo de calzado y como confeccionaba los cabos que luego usaba para coser las botas, hilándolos encima de su rodilla cubierta con el mandil de cuero, girándolos con la palma de la mano, mojándolos en pez y para ayudarse a que girasen mejor sobre dicho mandil los suavizaba con un pequeño salivazo de vez en cuando en la palma de la mano.
También recuerdo el olor a cola de contacto a goma quemada y la cuchilla que utilizaba para recortar las tapas de los zapatos y el cuero sobrante en la confección de las botas, estaba hecha de una hoja de sierra.
Viene a mi pensamiento la mesa que usaba para su trabajo y para guardar en los distintos cajones, que se supone tenía, los utensilios y recambios para la reparación del calzado, encontrar algo en ella era todo un ingenio de habilidad, el desorden era el orden más común en ella.
Mi reconocimiento, para Rufino y Pepe pues tenían ambos mucho de maestros zapateros por la confección de botas nuevas y bastante de zapateros remendones por la gran cantidad de zapatos y botas viejas que reparaban.

Saludos para ambos.

Publicado con anterioridad el : 20/07/2011



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