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EL SALON DE CARRAL Y OTRAS HISTORIAS NO MENOS VERDADERAS

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toni- cabalgamos

001 [Resolucion de Escritorio]EL SALON DE CARRAL Y OTRAS HISTORIAS NO MENOS VERDADERAS

En Toral, hace muchos años, y no es obviedad, a un domingo seguía otro domingo. Las semanas eran iguales unas otras. No había alicientes o había pocos que cambiasen la rutinaria vida de un pueblo: los domingos, misa de doce -o de once, no sé, no recuerdo- paseo por la carretera -carretera arriba / carretera abajo, cuatro o cinco chicas, del brazo y, a ambos lados, dándoles conversación, dos mozos; ver la llegada -y la salida del tren correo ascendente a las seis y veintitantos minutos de la tarde y, después, baile o cine. O las dos cosas, Una, a media tarde y, otra, por la noche y, los lunes vuelta al trabajo, a Cosmos, los hombres o a la escuela, los niños, cuando sonaba la sirena y, así, hasta el domingo siguiente a no ser que el martes o el miércoles o el jueves o cualquier otro día de la semana muriese alguien y Toral se vistiese de duelo para asistir a un entierro.

En Cuaresma, no había bailes y, sí, cine, pero las películas, la mayor parte de las veces, eran de tema religioso, pero, en verano, naturalmente, fiestas en los 004 [Resolucion de Escritorio]alrededores: La Vega o Villadepalos, sobre todo -e incluso en Toral con los cestos de la merienda a cuestas -filetes empanados, empanadas de batallón, pollo a la cazuela y roscón, amén del vino, para escuchar música mientras se merendaba o aburrirse soberanamente los niños, mientras los papás bailaban con las mamás de otros papás.

005 [Resolucion de Escritorio]Y hablo de bailes: durante mi niñez, la mocedad acudía a bailar al Salón de Carral que estaba situado, -el salón- en el callejón de la sierra de Amando. Era una sala -por llamarle de alguna manera- pequeña con una tarima al fondo a la que subía la orquestina -.casi siempre “Los Serrano” de Villafranca a quienes, a veces, acompañaba mi padre con su bandoneón argentino- para tocar los pasodobles de moda: EL NIÑO DE LAS MONJAS, sobre todo, que gustaba mucho

A la entrada había un ambigú en donde los mozos tomaban, en gruesos vasos de cristal, un vino ligero enfriado entre sacos de arpillera y aserrín y, con el vino, siempre, un platillo de cacahuetes -los cultos les llamaban “manises”- aunque había gente que les decía “cacagüeses”.O sea, como dijo el famoso torero. “Hay gente pa tó”.

El salón de Carral -Miguel Franco, que había perdido a dos hermanos un diecisiete de Noviembre, en Ponferrada, fusilados,- estaba alquilado por Toño Sierra, “Bubela” por mal nombre que, además, tenía la representación de “Productos Lago de Ponferrada o

sea, hielo, gaseosas, cervezas y orange, que era una bebida que cosquilleaba en la garganta, de un color semejante a las actuales botellas de butano y de sabor dulzón.

También, a la entrada, se encontraba, siem  006 [Resolucion de Escritorio]   002 [Resolucion de Escritorio]  pre, Desiderio Martínez empleado de telégrafos a quien la postguerra había traído a Toral de los Vados junto con su mujer Engracia y su hijo José Luis, de mote “Pepita” que jugaba al fútbol con el equipo de Cementos Cosmos y era un mozo brillante con las mozas.

Desiderio era muy amigo de mi padre y, los domingos, cuando nos acercábamos al baile, nos daba cacahuetes que sacaba de una pelliza de cuero -o imitación a cuero- que casi siempre llevaba puesta y que era casi su uniforme.

Ee “Salón de Carral” antes que don Rogelio Rodríguez abriese el cine, sirvió para representar obras de teatro , tema al que era muy aficionada la juventud toralense en aquella época, tal vez porque la juvnetud -chicas y chicos- podían así, tener más contacto unos con otros en el buen sentido de la palabra.

003 [Resolucion de Escritorio]Estas obras de teatro, casi todas, estaban dirigidas por doña Pura, la boticaria, que yo no sé si entendía o no de dirección de actores o era la persona más culta del pueblo y a la que se pedía que dirigiese a los actores entre los que destacaba Juanito Aguado, Mario, el “Marmolista” y su hijo Mario o Maruja Olego que eran personas capaces de representar cualquier tipo de obra de teatro, ya fuesen dramas o comedias y, a veces, operetas y que, por lo que dicen los periódicos de la época -“El Templario”- lo solían hacer muy bien.

Cuando Miguel Franco “Carral” cerró el Salón -don Rogelio había abierto el cine- dejaron de representarse estas obras, cesaron los bailes en el Salón y la juventud, comandada por Carlos Pintado -Carlitos Pintado- representaron obras de teatro -yo recuerdo dos, hacia mil novecientos cuarenta y seis- con mucho éxito y de las que se hablare largamente en esta MEMORIA DE TORAL porque tenemos, al menos de una de ellas, toda la documentación. 007 [Resolucion de Escritorio]

Carlos Pintado era madrileño y llegó a Toral para trabajar como administrativo en la Fábrica de Cemento “Bergidum”, levantada en Parandones y en sus ratos de ocio, además de dirigir obras de teatro, escribió guiones de Radio para la Radio Toral que Víctor Méndez -Víctor “Lera”, otro de los personajes que merece un capítulo aparte en esta historia, creó en Toral.

Desafortunadamente aquella emisora tuvo una vida efímera y Radio Juventud de Ponferrada, emisora del Régimen, terminó con la romántica aventura de unos cuantos aficionados que hicieron posible, durante muy poco tiempo, un sueño: Carlos Pintado, Teresita, la de Elías, Jesús Digón, hijo del médico don Albito o Manolín Franco, el hijo de Camilo. Pero, ésta también será otra historia que tal se cuente en otro capítulo de MEMORIA DE TORAL.



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