Piedras que se miran en silencio y se funden en un abrazo bajo las aguas lentas del verano. Mientras los árboles muertos de sed se suicidan en la ladera. Esto es el Burbia, en el pozo de “Pena Rachada”(Villafranca del Bierzo), donde todavía los cangrejos juegan al escondite y las diminutas ranas ahuyentan el miedo a cada paso por el camino olvidado de Trevijano.
Santiago Castelao .
