“kikiriki”
Juanin- x- x- Ricardo- Castillo – Pirula- Tacones- Carlos- Jacinto – José Licinia – x
·Cementos Cosmos·
Santiago villadepalos, José licinia,Recorrido renfe, villafarnca,Carrolo, Enrique villadeplos, Albertin cacabelos, Tacones, Pepe asturiano, Juan García, villadepalos, Guerrina. año 48
Jacinto Ferreras -por mal nombre “Pesquisina”- era carnicero y fue uno de los fundadores, junto con Pepín “Tacones”, de aquel mítico equipo de Fútbol -camisola y pantalón blancos- que deleitó a los aficionados allá por la década de los años cuarenta/cincuenta del siglo pasado.
Jacintín era carnicero y regentaba su negocio en una era que hubo frente a la fragua de don Tomás Carrión que era una de las personas, en Toral, que, pesar ser un sencillo herrero llevaba delante del nombre, el título de “don”: don Tomás Carreón.
Jacinto era amigo de papá. Solían jugar, como compañeros, la partida de tute en el Bar de Leandro, en la carretera, frente a la peluquería de Avelino y la zapatería de Pepe “Empanada” en donde, años después, tuvo su negocio Antonio el “Gomeiro”.
(Mamá, por su parte -como las mamás de muchos otros niños- compraba la carne para el cocido o los filetes a Jacintín que, solía hacer las cuentas en papel de estraza con el que envolvía la carne.
-Ahí, en el papel, va el precio, -decía- señora Nina
Un buen día Jacinto, como otros españolitos decidió cerrar el negocio y emigrar a Brasil en donde murió. No volvimos a saber de él -o yo, al menos, no volví a saber de él- pero siempre lo recordaré jugando como extremo izquierdo y recorriendo la banda con su característica forma de correr en aquel equipo que él había ayudado a crear: el “Kikirikí”, antes de existir la Sociedad Deportiva Toralense o el “Toral” como se le conocía en los pueblos de los alrededores y que hacía la competencia al de Cementos Cosmos.Pocos pueblos de los alrededores tenían el lujo de dos equipos. Toral lo tenía.
El “Kikirikí” llevaba en el pecho, dentro de un escudo en forma de triángulo, un gallo y Cosmos -camiseta del color del cemento y pantalón oscuro- a su vez, lucía, dentro de un triángulo, la gacela, emblema de la cementera.
En un primer momento cada equipo -Cosmos y el “Kikirikí”- vivían separados. En Cosmos jugaban trabajadores de la entidad: “Carrolo”, “Perejil”, José Luis “Pepita”, “Pirula”, “Peidán” o Albertín y, en Toral, gente que no pertenecía a la empresa: “Tacones”, “Canor”, Juanito García o Jacinto Ferreras.
Cementos Cosmos tenía campo de fútbol de tierra apisonada, porterías reglamentarias con redes y el “Kikiriki”, que jugaba en La Mata, tenía que conformarse con troncos de árboles que formaban las porterías.
Los domingos la chavalería -y los que no eran tan chavales- acudíamos a Cosmos para ver a aquellos -para nosotros- míticos jugadores o emocionarnos con un partido entre los dos equipos de Toral en el que, a veces, también jugaba Primi, un portero que vivía en Astorga.
Recuerdo un día de verano, mientras veía, desde detrás de una de las portería, el partido, que Primi me pidió la gorrilla que llevaba para evitar el sol. Se la dejé y no me la devolvió, pero no importaba. Aquella gorra había servido para que el sol no molestase a un jugador como Primitivo que, en el descanso me dejó darle una patada al balón.
Al correr del tiempo, los jugadores, a veces, cambiaban de equipo. Jugaban -digámoslo así- cedidos o sea cambiaban de colores y “Tacones” defendía a Cementos Cosmos o “Pirula” y “Perejil” defendían a Toral.
Tras el “Kikikirikí” vino la S.D.Toralense que, en un primer momento vestía camisola azul y pantalón negro, un equipaje que regaló Rita, la hija de don Luís, el año en que fue nombrada Reina de las Fiestas. (Estos colores fueron sustituidos por el negro para la camisola y el blanco para el pantalón, en tiempos en que don Manuel era alcalde. Las camisetas y los pantalones fueron confeccionados por Luisa, la “Papeta” y por Argentina, la modista. Se estrenaron contra Camponaraya, a finales de Agosto de 1959. El partido terminó con un justo cero a cero. También, en el partido de vuelta, un mes más tarde, en Camponaraya, se empató a cero goles).
Lo más bonito de estos viajes era, sobre todo, el compañerismo que reinaba en el autobús en donde se cantaban, a coro, canciones que decían, por ejemplo: “Collín, collín collendo flores, de pensamen, de pensamen, de pensamento. Pala, pala, palabras amorosas que leva o ven, que leva o ven, que leva o vento. Ahí va Toral, Toral, Toral, ahí va Toral Toral, Toral, ahí va Toral, Toraaaaal. Se añadía, siempre, después, aquello de: “Para ser conductor de primera, de segunda, de tercera, para ser conductor de primera, hace falta ser buen bebedor. Con el vino se engrasan las bielas, ¡ ay las bielas, ¡ ay las bielas…..¡`. Con el vino se engrasan las bielas y se suben las cuestas mejor”. O, “Dicen que por que canto, tengo el corazón alegre, Dicen que porque canto, tengo el corazón alegre. Yo soy como el pajarillo que si no canta se muere. Yo soy como el pajarillo que si no canta se muere” Y añadíamos: “¡ Ay Salvora ¡ ¡ ay San Vicente..¡ ¡ ay Salvora ¡ ¡ ay San Vicente ¡ as nenas bonitas, háilas en Ourense… Al amanecer se marcha el tren se va mi amor, yo me voy con él.. Que tú eres el mar que yo soy la arena que ya no voy sola que el agua me lleva… Adiós con el corazón que con el alma no puedo.. Tú serás el bien de mi vida. Tú serás el bien de mi alma. Tú serás el pájaro pinto que alegre canta por la mañana…”. Para concluir con “Ondiñas veñen, ondiñas veñen, ondiñas veñen e van… Non te vayas rianxeira que te vas a enamorar…” Y, así, hasta llegar a Toral, alegres y contentos, sobre todo, si se había ganado el partido.
