LA COCINA LITERARIA DE ANTONIO ESTEBAN
Antonio Rodríguez Navia -mi amigo Antonio Rodríguez Navia- decía que el sargento Bienvenido, comandante del puesto de la Guardia Civil era la persona que más mandaba en el contorno, desde Paradela hasta Sarria y aún
más allá.
El sargento Bienvenido, además de ejercer como sargento, era una persona amante de la buena mesa y razonaba así:
-Si yo digo que la mejor forma de degustar las anguilas es como las preparan por aquí, esa verdad va a Misa.
E iba a Misa. Creía en sus palabras, pero mi relación con el sargento Bienvenido no había sido cordial, en un primer momento.
El conducía, a veces, aun estando de servicio, un “Mercedes” y, en cierto momento de su vida laboral -y de la mía- me acusó de haberlo aquellos versos.
